domingo, 5 de abril de 2015

Camino de Zumaia. Ahora Si.

En la fria mañana del sábado 4 de abril, salimos tempranito camino de Zumaia.
El día amaneció nublado y con prevision de lluvia, que no tardo en aparecer. A penas era un chirimiri al principio aunque por momentos se fue intensificando. Ese fue el momento que todas estábamos esperando en realidad. Ese momento en el que sacas todo lo que has comprado en decathlon para la lluvia. Y así fue. Goretti decía " a mi la lluvia me la trae al fresco. Con mis pantalones impermeables y esta pelliza molona que me he agenciado voy hasta el fin del mundo " mientras le ponía la funda impermeable a su mochila.
Susana, al igual que Goretti, iba bien equipada y miraba desafiante al frente como diciendo "Dios! Que buena compra de material he hecho!!"
Y luego estaba Bea. Bien, ella que es debota de la virgen del puño. Se equipo con cuatro trapos que tenía por casa y se trajo el chubasquero amarillo del Capitán Pescanova. Y como es muy cutre y su mochila no era impermeable intento ponerse el chubasquero encima de todo, metió los brazos e intento bajarse el chubasquero por la espalda. Mira, no cabía. Se le quedaron los brazos hacia atrás. No se podía mover. Parecía un pajarraco amarillo con las alas abiertas. Lloviendo.... Menos mal que Goretti fue al rescate mientras decía: ay alma de cántaro!!! Sabes que eran de baratas las mochilas con funda en decathlon!!!
Total, que mientras Bea y Goretti luchaban contra el chubasquero amarillo, Susana se había quedado prendada de un hermoso caballo al que se acercó y le dio de comer y le rasco por toda la carita. Le quito incluso una garrapatilla. Es que Susana es muy bichera y ellos lo saben.
Y así poco a poco llegamos a Zumaia.
Es un pueblo bastante grande y que tiene su encanto. Encontramos alojamiento y nos quedamos.
Estuvo lloviendo toda la mañana pero después de comer decidimos irnos de excursión.
Fuimos a la costa a ver una peculiar formación rocosa llamada flysch. Alucinante.
Hicimos unas pateadas montaña arriba y Susana se volvió a encontrar con mas caballitos para rascarles el morrito. Había uno que le dio mucha pena porque se estaba rascando el culo con el alambre del cercado! Joder! Que era alambre de espino!! Se nota que eran vascos!
Después fuimos a la playa a hacer el burrito haciendo fotos de nosotras mismas saltado en la arena y haciendo la cabra mocha por ahí.
Total que nos metimos una paliza de excursión que cuando bajamos al pueblo nos metimos 3 chocolates con sus correspondientes churros entre pecho y espalda de un puesto de feria todo churretoso que nos supo a gloria (incluso a Susana).
Así paseando, Goretti se enamoro de un precioso bolsito Goretti's style y no pudo resistirse a comprarlo.
Y así acabo de pasar la noche en Zumaia donde Goretti prometió volver algún día.



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