Cogimos el metro para llegar a la estación de autobuses y coger el primer bus a San Sebastián. El de las 9. Y allí que nos plantamos delante de la taquilla, pedimos los billetes y el taquillero nos echa media sonrisa y dice: NO HAY BILLETES.
No, mire, no. Igual usted no lo ha mirado bien. Haga el favor. Porque nosotras somos peregrinas, debotas de la virgen de tu puta madre y como no tengamos billete para hoy te metemos fuego al kiosco. Sabes lo que te quiero decir?!!!!!
Esa era Goretti. Que ya venia calentita de luchar con el grifo de la ducha y se le encendieron los ojos con fuego cuando vio que lo mismo el camino ni lo empezábamos.
En fin. Que decidimos ir a desayunar y pensar con calma.
"2 croissants, 1 pincho de tortilla sin pan y sin levadura (vamos, sin gluten. Que luego resultó que si tenía) y 3 tilas".
Ahora lo vemos mas claro: hay otra compañía y quizás tengan billetes. Y así fue. Los pagamos a precio de oro, pero los conseguimos.
El camino desde San Sebastián a Orio es de lo mas bonito que os podáis imaginar, duro, pero bonito.
Bordea la costa y el campo esta muy verde y florido. Pasamos por muchas granjas con ovejas, vacas, caballos ... Nos hizo un sol radiante y nos pusimos en manga corta.
Llegamos al albergue a eso de las 15.30 y resulto ser un lugar precioso. Un caserón con vistas al campo y a una ria. Todo muy bonito. Rosa, la casera, resultó ser una mujer muy amable y nos atendió estupendamente.
El albergue solo tiene 10 literas en una habitación mixta, con 2 wc, 1 ducha de alcachofa normal como la de tu casa y 1 ducha con hidromasaje (what??? El albergue de 10 euros la noche también tiene la misma puta ducha de hidromasaje??? Pues si).
Bueno luego sigo escribiendo. :)
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